Buenos días, mis pacientes futuros lectores. Es lo que sois, aunque aún no lo sepáis. Porque estoy decidido a que más pronto que tarde todos vosotros podáis disfrutar de la aventura y la magia contenidas en esta apasionante novela. Si visitáis este humilde blog, es porque os gusta el género fantástico, y sé que el día en que un ejemplar de Los Elfos de Feldgrin caiga en vuestras manos, os llegará al corazón, al igual que puse todo mi corazón y mi alma en su momento, viviendo (quiero decir, escribiendo) la odisea de estos entrañables personajes.
Aspecto muy probable de la portada final del libro:
Yo tenía la idea preconcebida de que cuando un autor envía su obra a una editorial, tras una breve evaluación inicial (se detectan y descartan inmediatamente los manuscritos que son "infumables") el manuscrito es leído y analizada su viabilidad de cara a una posible edición. El resultado final debiera ser alguno de los siguientes:
a) Mire, su obra no tiene la menor posibilidad, mejor dedíquese a cultivar perejil.
b) Bueeno, no está demasiado mal, tal vez si le modificara el final o eliminara esto y aquello, la obra podría tener alguna posibilidad.
c) Nos ha entusiasmado. Le ofrecemos un contrato para su publicación inmediata.
¿Os podéis imaginar la taquicardia sufrida por este iluso autor cuando en dos ocasiones le han transmitido directamente la respuesta c)? La trampa consistía en que en ambos casos se trataba de publicaciones en la modalidad de "Coedición". Es decir, que el autor corre con una parte de los gastos. No habría inconveniente si uno supiera con antelación que la operación va a ser exitosa. Pero ¿quién tiene la bola de cristal para adivinarlo? Aquí es donde los editores tradicionales basaban su selección en base a su experiencia y su olfato profesional para saber cuándo un libro va a ser un éxito editorial o no. Sin embargo, parece que en estos tiempos, es más cómodo que el propio autor sea el que arriesgue la inversión. Si la obra se vende, ganan todos, y si no, el que pierde el dinero (o una parte al menos) es el autor. ¿Que sí que hay editoriales que se encargan de todo y publican a la manera tradicional? Seguro que sí. Pero procuran hacerlo con autores ya conocidos. Es tremendamente difícil que un autor novel introduzca el pie en el vano de la puerta de una editorial convencional. Y yo soy muy novel. Tremendamente novel.
Llegados a este punto, quiero deciros que, de una forma u otra conseguiré que Los Elfos de Feldgrin lleguen a vuestros estantes, o al menos a vuestros dispositivos de lectura electrónica. Mis próximos pasos irán encaminados a ver qué tengo que hacer para ofrecer la obra en las plataformas digitales (como Amazon) ya que las editoriales convencionales son prácticamente un muro cuando el autor es un triste desconocido, como es mi caso. A pesar de todo, no me desanimo. Al menos, en ningún caso me transmitieron la respuesta a) que es la que sí me habría tirado por tierra toda la ilusión en el proyecto.
Os mantendré informados, mis queridos feldgrineses. Seguid visitando el blog de cuando en cuando, que aún puedo presentaros a unos cuantos personajes más (no muchos, es cierto, pues ya vamos acabando el "casting" de personajes).
Un abrazo, amigos. Seguimos en contacto.
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