Hoy os hablaré de otro de los "malos" de nuestro relato. Sabéis que habitualmente, todo villano, cuanto más malo es, suele tener bajo sus órdenes a otro villano de segundo nivel, por lo general aún más bruto y temible, que se encarga de pararle los pies a los héroes de la película hasta el mismísimo desenlace. Bien, pues ese papel le cae de pleno al personaje de hoy: un temible guerrero hicto. Solo de verle el careto al angelito ya impresiona ¿verdad? Así es, amigos, a mí tampoco me gustaría coincidir a solas con un tipo como este en el ascensor. Por eso lo eligió Ícor como su número dos y le puso al mando de su guardia personal, compuesta por los más feroces hictos. Luchador temible, con una fuerza física abrumadora, y con un enorme espadón con el que podía partir en dos, de un simple tajo, el cuerpo de un enemigo. Pero tranquilos, que no puede salirse de la pantalla del blog (Es lo mismo que se dijo cuando presentaron ante el público a King Kong, encadenado, justo antes de que escapara). Bueno, pues no salgáis corriendo todavía que ya os presento al guardaespaldas de Ícor: Hánorax.
Los hictos eran una etnia élfica, pero con una genética bastante diferenciada de la de sus primos feldgrineses. Mucho más altos, más fuertes y corpulentos. Vivían en los territorios de Grüendor, diseminados en belicosas tribus que habitaban tierras hostiles y complicadas para la supervivencia. A este lugar llegó Ícor con la intención de reclutar a los más fieros guerreros para componer su "guardia pretoriana", y puso al más temible de todos ellos al mando: nuestro amigo Hánorax.
Pues ese es el quid de la cuestión, mis queridos amigos, que por supuesto no puedo revelaros, porque cuando lo descubráis, comprenderéis muchas cosas. Entenderéis la amargura que parecía ensombrecer siempre el rostro de Hánorax. Y odiaréis un poco más a Ícor (oh, nunca se termina de odiar lo suficiente a este elfo) cuando hayáis descubierto de qué malas artes se sirvió para "convencer" y poner a los hictos a su servicio.
Como veis, amigos, las cosas nunca son simples en nuestro relato, y todo tiene una trama y un motivo, de modo que, cuanto más avancéis en la novela, más y más piezas del gran puzzle irán encajando en vuestras mentes.
Hasta pronto, queridos feldgrineses. Pronto volveré para presentaros más personajes de nuestra apasionante aventura "Los Elfos de Feldgrin".
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