¿Habíais visto alguna vez un elfo obeso? No, ¿verdad? Se supone que los elfos nacen con las cualidades arraigadas en sus genes de ser hermosos y esbeltos (qué pena, no haber nacido yo elfo). Bien, Éndanor, seguramente nació también guapo y estilizado, pero luego la cosa... se fue torciendo, torciendo... hasta convertirse en el primer y único elfo grueso... obeso... (pero qué cursilada, por las hadas, llamémosle gordo, que no pasa nada y es más descriptivo) o sea, el elfo más gorrrrdo de todo Feldgrin. Pero, a pesar de su orondez, también es verdad que este elfo gordito es uno de los ciudadanos más queridos en todo Feldgrin. Lo primero, porque Éndanor es un buenazo. Tiene un carácter bonachón y apacible, incapaz de enfadarse con nadie. Lo segundo, porque este elfo es un monje sanador. Y la orden monacal a la que pertenece (el Monasterio de Ydral) le faculta para curar y aliviar del dolor a toda criatura que lo necesite, ya sean elfos, animales o incluso orcos, sin distinguir ricos de pobres, ni si son de una raza u otra, amigos o enemigos. Solo tiene un "problemilla", si se le puede llamar así: es un poco (bastante) tartamudo y se encasquilla al hablar. Pero eso a nadie le importa e incluso le hace aún más entrañable. Salvo que tengas prisa en oír lo que te tenga que contar, claro.
Dada su profesión, es comprensible que todo el mundo le aprecie. Un elfo que te cure un dolor de muelas o una endemoniada jaqueca... ¿cómo no le vas a estar agradecido? ¿Y cómo le agradecían los feldgrineses sus servicios a la comunidad? Pues... invitándole a comer, naturalmente. Y a cenar. Y a merendar, y desayunar, y al segundo y tercer desayunos. ¿Cómo que ya has comido? Nada, nada, ven a casa, que te hemos preparado un plato de los que sabemos que te gustan... Y así un compromiso tras otro. Éndanor era incapaz de negarse a nadie. Ahora comprendéis el motivo de la curiosa "evolución" estética de este elfo ¿verdad? Pero una cosa os aseguro: es uno de los personajes que más se hacen querer a lo largo de toda la novela. Lo comprobaréis disfrutando todas y cada una de las páginas de nuestra maravillosa aventura: Los Elfos de Feldgrin.
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